El 12 de agosto del 2003, la Cámara de Diputados da media sanción a la ley 25.779 que declara insanablemente nulas las leyes de obediencia debido y punto final. A los pocos días, el Senado haría lo propio, dando cierre a una etapa de impunidad y silencio que tanta bronca y dolor causaría en miles de argentinos.
Enseguida empezaron las primeras repercusiones: el mundo jurídico-liberal empezó a discutir el efecto de la declaración, jueces de todo el país empezaron ordenaron la reapertura de las causas y la derecha reaccionaria empezaba a tirar manotazos de ahogado.
Actualmente, algunas causas están siendo elevadas a juicio oral y ya se consiguieron las primeras sentencias condenatorias. No es fácil, muchos se resisten a que haya justicia y siguen golpeando, pero el pueblo argentino ya esta decidido a no volver al pasado.
8.8.07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario