6.8.07

Time is on muy side

El 11 de agosto del 2003, el Presidente Kirchner firma dos importante decretos. Por un lado, hace efectiva la adhesión de la República Argentina a la Convención sobre imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, demorada desde el año 1995. Por el otro, le manda al Congreso el proyecto de ley que le otorga jerarquía constitucional a dicha Convención.
Esta decisión, que a primera vista pareció ser una mera declaración política, tendría importantes efectos en el futuro. La cuestión es la siguiente. Resulta, que faltaban pocas horas para que se anularan las "leyes de impunidad" y el Pingüino, previendo que una vez reabiertas las causas uno de los argumentos defensivos de los milicos sería la prescripción de los delitos cometidos, resuelve adherir a la Convención y pedirle al Congreso que le otorgue el mismo nivel de jerarquía que la Constitución Nacional. De esta manera, queda claro que en la Argentina los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y que el secuestro, tortura y muerte de tantos compañeros serán juzgados sin importar cuanto tiempo pase.
La lucha por memoria, verdad y justicia vuelve a reicibir un guiño por parte del Presidente.

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