El 20 de junio del 2003, el Presidente firma el decreto 222/03 por el cual se limitan las facultades del Poder Ejecutivo en la selección de los jueces de la Corte Suprema. Esta medida es el punta pié inicial del proceso de transformación de un Poder Judicial que no solo avaló políticas antipopulares y entreguistas sino también golpes de Estado y leyes de impunidad.
Habiendo tomado la decisión previa de remover a los jueces de la "mayoría automática" y previendo una lluvia de críticas por parte del gorilismo republicano, el Pingüino autolimita sus propias facultades y toma como base el proyecto "Una Corte para la democracia", documento desarrollado por un conjunto de ONGs, algunas copadas y otras no tanto, que trabajan temas referidos a la Justicia.
Habiendo tomado la decisión previa de remover a los jueces de la "mayoría automática" y previendo una lluvia de críticas por parte del gorilismo republicano, el Pingüino autolimita sus propias facultades y toma como base el proyecto "Una Corte para la democracia", documento desarrollado por un conjunto de ONGs, algunas copadas y otras no tanto, que trabajan temas referidos a la Justicia.
Un par de días antes de sacar este decreto y debido a que Nazareno venía extorcionando con sacar algunos fallos relacionados con el corralito y la pesificación, de dificil cumplimiento para el Poder Ejecutivo, el Presidente se dirige al pueblo de la Nación por cadena nacional y pone en conocimiento de todos las maniobras desplegadas por los jueces menemistas.
La remoción de los jueces de la Corte conducidos por Nazareno fue un sentido reclamo popular de antes y después de diciembre del 2001, y el Pingüino, ni lerdo y perezoso, a menos de un mes de asumir ya comenzaba a mostrar gestos en ese sentido.
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